Tras la mayor crisis de los últimos años, originada por una pandemia que deja 5 millones de muertos, la economía trata de revivir. Pero no es fácil. La crisis esperada por los productores de chips, utilizados prácticamente en todo, hizo que disminuyeran la producción, impidiendo cubrir la gran demanda actual. El transporte marítimo también ha tenido sus horas bajas; mientras vuelve a poner en marcha los engranajes, los costes se incrementan por su menor capacidad. Costes que se repercuten… Y esto en un entorno de estímulos monetarios que buscan la recuperación.
¿Son tan importantes los microprocesadores?
Un reloj, un coche, la red de telecomunicaciones 5G, el instrumental médico, un juguete; prácticamente hoy en día todo requiere del uso de microprocesadores. El auge de la demanda tiene su origen en motivos cíclicos y estructurales. Por un lado, el parón que hubo en las fábricas durante la pandemia redujo la fabricación, a la espera de una reducción en la demanda. Reducción que se dio, pero de forma breve. Por otro lado, la tecnologización de la sociedad en general provoca que cada vez más productos lleven microprocesadores: un coche actual puede llevar entre 5.000 y 8.000.
Producir más sería la posible solución, pero no es tan sencillo. La tecnología necesaria para ello hace que actualmente el 80% de la producción se concentre en Taiwán y Corea del Sur. Y precisamente Taiwán está inmersa en una gran sequía, siendo el agua uno de los productos esenciales para la fabricación de microprocesadores. A esto se une que para la fabricación se depende de ciertos productos, como los minerales de tierras raras, con orígen complicado (Afganistán, China, Bolivia…) y producción reducida. Ni que decir tiene que en estos casos la crisis de transporte marítimo tampoco ha ayudado.
Otra posible solución sería fabricar estos componentes en occidente para evitar esta dependencia, pero la realidad es compleja: la construcción de nuevas fábricas requiere tiempo, inversiones elevadas y, sobre todo, supone entrar en la lista de espera de los fabricantes de maquinaria para la producción de semiconductores. El problema se agrava por el limitado número de fabricantes y por la situación cercana a monopolios en la fabricación de determinados tipos de semiconductores.
Situación del transporte marítimo

El incremento de precios visto en los últimos 12 meses habla por sí mismo: transportar un contenedor de 40 pies (donde caben 2 coches) cuesta casi 5 veces más que el año pasado. El atasco de contenedores en la mayoría de los puertos, el incremento de costes de las materias primas y la mayor demanda de bienes, han incrementado el coste del transporte de manera exponencial. Coste que repercute en todo lo que consumimos, desde un kiwi neozelandés hasta el papel con origen en oriente medio, pasando por el textil que viene del sudeste asiático o de África. A perro flaco…