El enemigo número uno de cualquier ahorrador es la inflación. Enemigo silencioso que con el paso del tiempo va limando poco a poco el poder adquisitivo. La solución, en este caso, no pasa por desinvertir y guardar el dinero, sino mantener el rumbo, elegir inversiones que ofrezcan un rendimiento similar o superior a la tasa de inflación, y dejar pasar la tormenta: un “cuerpo a tierra”, teniendo presente que se trata de una carrera de fondo y que no convienen las decisiones precipitadas.
¿Es posible proteger el dinero? Sí, es posible, con una buena previsión y planificación.
¿Qué hacer ante un repunte de inflación?
La inflación es un indicador que compara el precio de una cesta de productos en dos momentos del tiempo distintos. Mide, por así decirlo, el coste de la vida. Para combatirla no basta con mantener liquidez en el banco o invertir en renta fija a corto plazo, pues ninguna de ellas actúa como refugio en momentos de inflación. Lo mejor es tener el dinero invertido, y conseguir que genere una rentabilidad mayor a la inflación. A modo de ejemplo, si la inflación es del 10%, rentabilidades del 4% nos harán perder un 6% de poder adquisitivo.
Para superar la inflación debemos mirar al largo plazo, y planificar muy bien los objetivos para tener capacidad de maniobra. Es necesario una cartera muy diversificada, que incorpore activos que resistan y den mejor comportamiento frente a ciclos económicos más volátiles. Incorporar renta variable (mejor EEUU que Europa actualmente), activos inmobiliarios (con alquileres frecuentemente ligados a la inflación y que actúan como cobertura), inversiones alternativas a largo plazo, bonos ligados a la inflación, materias primas (como el oro, el petróleo, cereales…), etc. En renta variable concretamente podríamos referirnos a aquellos sectores que puedan trasladar la subida de precios al consumidor. Sectores como la minería o el petrolífero suelen reaccionar mejor en estas situaciones, así como el sector industrial o de autos, que si bien puede tardar algo más, es capaz de repercutir esta subida en los precios. Por último, el sector financiero, ya que la inflación suele llevar aparejada una subida de tipos que mejora directamente los márgenes de las entidades, haciéndolas más rentables.
Evolución del «Índice de la Miseria»

Las tensiones inflacionistas en las economías desarrolladas ya eran elevadas antes de la guerra. La evolución de este “índice de miseria” como a veces se denomina (Ley de Okun), dependerá de las negociaciones diplomáticas, aunque es posible que la incertidumbre sea muy elevada en los próximos meses hasta ver una tendencia a la baja.