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El nombre “Del Revés”, copiado de una película infantil que versa sobre las emociones, nos puede enseñar cómo de importantes son éstas en la vida. Porque no sólo en la película, sino también en nuestro trabajo, en nuestra vida familiar, etc las emociones están siempre presentes. Y las finanzas no iban a ser menos. 
Resulta paradójico, pero un gestor menos cualificado con gran capacidad de autocontrol puede tener mejores resultados que el más cualificado de los gestores si no es capaz de mantener la cabeza fría.
En el mercado, las emociones juegan un papel muy importante…

Moverte al son de la música
Hoy en día, el mercado recibe noticias de todos los ámbitos, y está en continua adaptación por lo que dicen. Pero hay que diferenciar: por un lado, están los datos del entorno económico, los acontecimientos globales o geopolíticos, los resultados de las empresas, etc; y, por otro, noticias que informan del movimiento del mercado. Los primeros son los que mueven el mercado, las causas de los movimientos. Los segundos, deberían ser la narración de dichos hechos. Pero en ocasiones, también mueven el mercado.
Y aquí es donde entran en juego las emociones: si uno ve en las noticias que el mercado cae un 20% en el año, es hasta cierto punto normal que se ponga nervioso y le lleve a tomar, muchas veces de manera precipitada, la decisión de vender sus posiciones. Con esto se consigue cristalizar unas pérdidas que hasta entonces eran latentes, salir de mercado y reducir el riesgo, al tiempo que se limita la capacidad de recuperación. ¿Es la decisión más acertada?Parece que no. En estos casos, la decisión suele ser irracional, tomada desde el miedo. Miedo a perder más, a que nuestras inversiones se vean más afectadas. Pero sobre todo, miedo al pasado, dejando de lado las expectativas, y guiándonos sólo por el comportamiento reciente. Lo mismo sucede si el mercado sube un 20%, en esos casos, la euforia nos hace tomar decisiones dejando de lado los fundamentos, y dejándonos llevar de nuevo por las emociones.

Objetividad y disciplina
Siendo todos humanos, las decisiones se toman en gran medida influenciados por las emociones. Es necesario, por tanto, tratar de evitarlas por medio de objetividad y disciplina. Analizar el método de inversión y ser capaces de respetar las pautas previamente planteadas, sin dejarnos llevar por el entusiasmo o la decepción. Esa es la clave. Vender cuando todo sale en las noticias por haber caído fuerte con una clara carencia de confianza y análisis, o comprar por las fuertes subidas que acumula por pensar que van a seguir eternamente suele ser un error. No significa que haya que comprar cuando todo cae ni vender cuando todo sube, pero sí que hay que analizar exhaustivamente porque, en esos casos, suelen presentarse oportunidades, no sólo de compra sino de venta. 
En la tabla inferior vemos el comportamiento del mercado (europeo y americano) al transcurrir un plazo de tiempo tras una caída fuerte. Por ejemplo, tras una caída del 30%, en 12 meses el mercado recupera un 13%. Si salimos en estos momentos por pánico, quizás podemos perder la oportunidad…

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